desCENTRANDO la Céntrica

Accede a este artículo técnico del Dr. Gerardo Ruales Suárez. Contenido exclusivo de la revista MAXILLARIS octubre.

DDS Msc PhD Odontólogo.

Prostodoncista.

Posturólogo.

Osteópata.

Especialista en Disfunción Temporomandibular, Neurociencia y Biología del comportamiento.

Profesor Universidad Internacional de Catalunya.

Director Neurodental Group Barcelona.

En los años 90, cuando hice mi primer montaje en el articulador semiajustable Whip Mix 8500 en la Universidad, me enseñaron que para realizar una transmisión correcta del paciente al articulador eran necesarios una serie de pasos repetibles. Primero, se utilizaba el arco facial de la misma marca del articulador para saber dónde está el maxilar superior; aunque ilógico, era frecuente ver estudiantes proclives a utilizar cualquier arco facial. Al final, este se apoya en tres lugares que nunca cambian: los meatos auditivos externos y la unión de los huesos

propios de la nariz con el hueso frontal.

El arco facial es colocado por una sola persona y después de apretarlo, al soltarlo, no debe moverse. Así es como la posición del modelo superior estaba registrada. Había también en la Universidad un articulador de otra marca, pero requería una mesa de transmisión, un paso más que me ahorraba porque el mío se podía poner directamente sobre las ojivas. Para el inferior había que realizar muchos otros pasos más.

Se sentaba al paciente y se le probaba la cera de registros rosa, previamente adaptada al tamaño de la arcada, se colocaba sobre ella una cera con aluminio en tres puntos (dos posteriores y uno anterior) que darían la estabilidad al modelo superior. Inmediatamente, se le ponían el doble de laminillas de Long más la distancia del overjet o sobremordida horizontal, por ejemplo, a 3 mm se le agregaban 6 laminillas. En la clase 2 y en las mordidas abiertas había que pedir prestadas las laminillas de tres o cuatro compañeros, eran montajes difíciles… se dejaba al paciente como mínimo 10 minutos mientras se desprogramaba.