01 Septiembre 2023

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Introducción

Han pasado algunas décadas desde que la tecnología digital irrumpió en nuestra profesión en procesos técnicos y clínicos, pero ha sido en esta última cuando nuestras consultas han llevado a cabo, en su mayoría, el proceso de digitalización. Hoy en día se han vuelto rutinarios procedimientos como el diagnóstico óseo en 3D mediante cone beam, la implantología guiada, o los escáneres intraorales para la toma de impresiones digitales en nuestras consultas. En una segunda ola de digitalización, nos hemos acostumbrado a trabajar con impresoras 3D o a producir trabajos monolíticos con anatomías procedentes de librerías naturales digitalizadas, lo cual abre un gran abanico de posibilidades y mejoras tanto para los clínicos como para los técnicos de laboratorio.

En este proceso, la mayoría de las clínicas dentales tomaron contacto con trabajos restauradores de flujo digital comenzando por indicaciones sencillas, como incrustaciones o coronas unitarias sin demasiado compromiso estético, precisamente porque en estética dental, pocas opciones restauradoras son tan estéticas como el trabajo elaborado manualmente en cerámica estratificada por un maestro ceramista experimentado.

No fue así en mi caso. Mi puerta de entrada en las restauraciones dentales CAD/CAM tuvo su razón de ser en la obtención de restauraciones monolíticas estéticamente competitivas con dicha cerámica estratificada en el tratamiento estético restaurador del sector anterior.

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